Torquay… no fue solo un viaje mas, Torquay fue uno de esos viajes que quedan no solo en el recuerdo si no en el corazón.
Torquay no es solo una experiencia de aprendizaje y de ocio, si no que también es una experiencia de vida y de amistad, donde se forjan fuertes lazos que unen y ligan unas personas con otras, lazos hechos de horas de conversaciones, de momentos, de vivencias, de risas, de juegos, de aprendizajes…
En Torquay aprendes, aprendes el idioma, las costumbres, el dia a dia de personas muy diferentes y a la vez muy iguales a ti. Torquay es compartir, en un no parar de actividades y excursiones que permiten no solo educar la cabeza si no también educar en valores, como el respeto, la tolerancia, la convivencia… en resumen educar el corazón.
Es así pues, que se echa de menos, se echa de menos la emoción del primer día, de tus expectativas (superadas con creces) de gente por conocer…
Se echan de menos las canciones, los chistes, las tonterías, las noches frente al mar comiendo crepes, la lluvia e incluso las clases y a sus profesores
Se echa de menos a gente, con las que has compartido mucho, son veinte días que parecen largos, pero pasan a la velocidad del rayo, veinte días mágicos que te dan la oportunidad de conocer a gente maravillosa, gente que queda como «los de Torquay» con las que he vivido muy probablemente el mejor verano hasta ahora, porque Torquay es eso, Torquay es al fin y al cabo no una experiencia de vida si no la experiencia de tu vida.
Angel Rueda Rebate